Cuando todo se ve de un solo color, en la cabeza, cuando todo se ve con árboles, cuando tienes mchos mocos, tantos que te duele la cabeza. Cuando parece que todo va a estallar, siempre queda un resquicio, por donde entra la luz, por donde entran los sonidos, de la calle. Sonidos amortiguados por el embotamiento de tu cabeza, de tu nariz. Porque tienes tantos mocos que ya han dejado su hogar, y pasan a más lugares. Y todo te da igual. Y de repente te vuelves invisible. Incluso deliras, y piensas cosas que no vienen a cuento. Y dices cosas de las que después no te acuerdas. Y todo pasa a ser una laguna, un enorme estanque en el paisaje de tu conciencia. Aprovéchalo, tírate desde el trampolín. Bucea, y estate mucho tiempo debajo del agua, aprieta el botón, y no salgas, porque estás viendo que la línea de vida de tu personaje se acerca el rojo, y quieres experimentar una vez más qué ocurre. Se acaba el juego. Pero es mejor bajo el agua. Y todo se acaba. Y bajas al fondo, donde sin querer, comienzas a subir. Y todo se ve de un color en tu cabeza, y tod se ve con árboles, y tienes tantos mocos que...
lunes, 14 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario